Orientaciones para programas sobre violencias de género



Orientaciones para programas sobre roles de género, homosexualidad y homoparenalidad o violencias de género

1.    ¿Qué estereotipos, prejuicios y actitudes tienen l@s adolescentes y el profesorado sobre roles de género, homosexualidad y homoparentalidad?
Tras el estudio realizado a través de las dos encuestas, ROGEAH y ROGEAHPR, podemos concluir que  los adolescentes encuestas son más abiertos, igualitarios y tienen un discurso menos negativo hacia roles de género, homosexualidad y homoparentalidad en comparación a estudios como el de IMMUJERES (2007) y COGAM (1997). Esto lo podemos comprobar en los ítems 2 y 3 en relación a las tareas domésticas y decisiones en una pareja, así como en el bloque sobre homosexualidad, por ejemplo, el ítem sobre la aceptación del matrimonio homosexual muestra una integración del discurso sobre la igualdad de derechos entre homosexuales y heterosexuales. En 1997 los adolescentes valoraron su conformidad con legalizar el matrimonio con más de un 3,30(escala del 1 al 5) y en 2013 con un 4,2.  Pese a ello, las pruebas T student muestran que los chicos encuestados son más sexistas y homófogos que las chicas, manteniendo la tendencia de los estudios señalados, así como el de Varela y Paz (2010).
El alumnado muestra una ruptura de estereotipos en cuanto a los roles masculinos y femeninos, ya que los adjetivos atribuidos a un sexo u a otro son compartidos por chicos y chicas (ver figura 5), a excepción de frío-sensible y competitivo-cooperativo. Los resultados muestran que sigue existiendo una tendencia de mujeres femeninas y hombres masculinos, pero que esos adjetivos se entienden más como un continuo que como categorías antagónicas. También destaca como las decisiones de pareja y las tareas del hogar se van equiparando entre hombres y mujeres, pero siguen dándose áreas que corresponden más a un sexo que a otro, por ejemplo, los hombres tienen más deseo sexual y se encargan de las reparaciones del hogar mientras que las mujeres se encargan del cuidado y las compras (ver figuras 6,7 y 8).  En cuanto a la homosexualidad, se muestra una perspectiva más abierta hacia la inclusión, libertad y equiparación de derechos de los homosexuales igualándolos a los  de los heterosexuales, pero siguen dándose un grupo de menores que se posicionan en contra con pensamientos muy radicales y poco fundamentados (ver tabla 13). Muestra de ello son comentarios como que los homosexuales deben morir, son enfermos mentales o su orientación es antinatural, así como posiciones más neutras pero negativas que van en la línea de lo que comenta Oscar Guash (en Eribon, 2000) sobre que en la sociedad, hemos pasado de una invisibilización de facto a una tolerancia de puertas a dentro. Por tanto se empieza a tolerar a lesbianas y homosexuales pero siempre que sean discretos, no muestren su afecto en público, tengan poca pluma y, fundamentalmente, acepten y reproduzcan el modelo normativo para ser respetables socialmente. Como indica Serrano et al. (2012:77) la homofobia no siempre se produce por mecanismos conscientes, los autores recuerdan que discrimina quien trata también igual pero realiza acciones con efectos discriminatorios.  Cabe destacar que en la encuesta de COGAM, del curso 1996-1997, a la pregunta sobre si conocían a algún compañero o compañera gay o lesbiana, los encuestados contestaron que sí un 10% de las chicas y un 6% de los chicos, en el estudio ROGEAH se realizó la misma pregunta ampliando a otros espacios de su vida privada y la respuesta fue que un 87% de los encuestados conocían a alguien LGBT. Al ampliar la pregunta podemos comprobar que el alumnado está mucho más acostumbrado a conocer y tener referentes homosexuales en el 2013 en comparación con 1997. Sobre tener deseos sobre prácticas homosexuales, un 8% contestó afirmativamente sobre deseos hacia personas del mismos sexo, más un 6% que no sabía o no respondía que podemos considerar que es gente que no se posiciona no a favor ni en contra, por lo que se supera notablemente en más de 2% del resultado obtenido en 1997 por la COGAM (6,3%). Este dato, demuestra mayor una libertad ante la diversidad sexual. Por el contrario, podemos observar que el mito sobre los gays femeninos está más enraizados, siendo la opinión más valorado que en el estudio de COGAM de 1997.
Finalmente, en cuanto a las familias homoparentales, se muestra mayor desinformación que ante la homosexualidad si comparamos escalas, posiblemente esto sea producido al ser un fenómeno reciente que ha sido poco debatido entre los menores y en las aulas. De las tres temáticas, el profesorado valora que la de roles de género, pese a ser baja, es la más introducida en el sistema educativo así como sobre la que se han realizado más acciones formativas pese a ser pocas (ver figuras 23,24 y 25), dato que confirma los resultados del alumnado, más inclusivos en dicha área.
2.    ¿Las nuevas generaciones han superado brechas y desigualdades en relación al papel de la mujer y la integración de l@s homosexuales en la sociedad?
Los datos extraídos del estudio ROGEAH en comparación con otros estudios muestran, como se ha comentado con anterioridad, que en general podemos hablar de unos adolescentes que se muestran más inclusivos, abiertos e igualitarios con mujeres y/o homosexuales en comparación con estudios anteriores, por ejemplo, IMMUJERES (2007) y COGAM (1997), lo que muestra una evolución en su discurso. Pero que pese a ello, son necesarias acciones formativas ya que siguen mostrando opiniones estereotipadas en el caso de roles de género, por ejemplo, en el caso de cuidado de los niños o reparaciones del hogar, o poco fundamentadas tanto en negativo como en positivo (ver tabla 13 y 14), en el caso de creer que los homosexuales son más simpáticos, limpios, comprensivos o buenos que los heterosexuales o por la contra errores de la naturaleza.
En conclusión, los resultados del análisis de necesidades ROGEAH, al igual que otros estudios Coll-Planas (2011) y Varela y Paz (2010),  muestran que es necesario promover intervenciones sobre dichas temáticas (ver figuras 23, 24, 25 y 26), ya que hay un avance en la adolescencia basada en mayor conocimiento sobre nuevos modelos (ver figura 11), pero que aun es necesario seguir trabajando dichas temáticas ya que pese a la abertura el discurso, en el caso de la homosexualidad, se muestran opiniones menos contundentes . Como indican Coll-Planas, 2011 y Serrano et al. 2012,  las acciones formativas deben ir en dos líneas, por un lado, 1) la inclusión en el currículum de nuevos modelos acordes con la sociedad actual y por otro lado en 2) formar a los docentes para tratar estos temas, a través de ofrecer herramientas para detectar el acoso, crear actividades y jornadas, así como protocolos de actuación.
3.    ¿Es necesario un programa sobre estereotipos de género, orientación sexual y nuevos modelos de familia? Y si es así ¿Qué características debería tener dicho programa?
En conclusión, los datos de la evaluación de necesidades muestran la necesidad o demanda fuerte (Jurado, 2006) de programas para paliar las diversas violencias de género teniendo en cuenta la formación de los menores pero también la del profesorado. Cabe destacar que los profesionales de la educación consideran que no solo es  necesario formar en estas materias a los menores, ya que la inclusión en el currículum es muy poca pese a la importancia de educar en la sociedad actual para evitar discriminaciones,  sino que también reclaman formación para ellos y ellas en dichas materias. El resultado de intervenciones sobre estas temáticas, colaboran en ir transformando la escuela, así como, por ende, la sociedad hacía la creación de lugares más inclusivos y menos violentos. Por el contrario, las consecuencias de no formar en esas temáticas suponen una pérdida de ciudadanía y una serie de violencias como el sexismo, la violencia de género o el bullyng homófogo así como la perpetuación de una escuela patriarcal y desigual.
Por tanto, el estudio al igual que Cornellà i Canals y Sánchez Martínez (2011) y el Instituto de la Mujer de Méjico, muestra la necesidad de ofrecer recursos, como guías, programas u otras actividades para transformar la sociedad y romper estereotipos. Porqué, como recuerdan ellas  “es mediante la interacción con otros medios que cada persona obtiene información nueva que la conduce a reafirmar o a replantear sus ideas de lo femenino y lo masculino” (INMUJERES, 2012:2). Propuestas educativas que vayan en la línea de la educación inclusiva definida por el Parlamento Europeo y el Consejo de la unión Europea de 2006, así como las orientaciones ofrecidas por Edgar Morin, en su libro de los siete saberes publicados en 2001, para apostar formación de calidad desde una visión compleja y respetuosa con el género humano y el planeta.  
En definitiva, podemos indicar que el análisis de necesidad muestra que sí hay un discurso más superado, pero que en particular hay mitos, creencias y estereotipos que están arraigados posiblemente por la falta de información y formación. Por tanto, pese a que los roles de género parecen estar más introducidos en el currículum y eso se muestra en la opinión del alumnado y profesorado, ninguno de los tres bloques muestra un grado bajo de sexismo y homofobia como para considerar que sean temas superados, siendo por tanto necesario formar a los menores sobre ellos.


En conclusión, las necesidades priorizadas tras el AN realizado son:

  1.  Formar tanto  al alumnado como al profesorado sobre roles de género, homosexualidad y homoparentalidad.
  2. Deconstruir estereotipos, creencias y prejuicios sobre roles de género, homosexualidad y homoparentalidad. Por ejemplo, el de los hombres que no son capaces de cuidar a niños o niñas, los homosexuales afeminados o los problemas de salud en hijos e hijas de familias homoparentales.
  3. Ofrecer un marco de referencia fundamentado en el conocimiento sobre roles de género, diversidad sexual y nuevos modelos de familia.
  4. Concienciar sobre los derechos humanos y leyes, así como de los derechos de las personas independientemente de su sexo, raza u orientación sexual.
  5. Educar en valores inclusivos: respeto, libertad, responsabilidad,  igualdad, etc.
  6. Sensibilizar e informar sobre las violencias de género y sus consecuencias.
  7. Propiciar nuevos modelos alternativos tanto de mujeres, como de hombres sean o no homosexuales.
  8. Crear espacios inclusivos de reflexión y debate sobre dichas temáticas.


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